Los sucios, según los médicos, deben morir



Estaba en el hospital de clínicas de Córdoba capital, una institución al cuidado de la salud que, en años, o, mejor dicho, en décadas anteriores fue un modelo a seguir. Como digo estaba aguardando, acompañando a mi madre, quien sufría como todos los que no tenemos obra social, la espera interminable mientras los profesionales toman mates, o siguen disfrutando de sus siestas.

Bueno hasta allí todo “normal” y corriente, eran las 4 de la mañana y recién habíamos llegado, a los 10 minutos más o menos que llevábamos de espera aparece un hombre, un poco desprolijo para el “ojo pulcro” y para los parámetros aburridos y discriminatorios que la sociedad maneja, que bien puede dársele lamentablemente el titulo vagabundo, lamentablemente para quien lo califica y no para él. El hombre pide su turno en la recepción de la guardia de dicho hospital, y a regañadientes, el personal de seguridad se lo da, bien hasta ahí otro tipo más esperando como nosotros.

Con mi madre nos fuimos a otro sector del hospital, a realizar unos estudios que el médico que la recibió le había encomendado, mientras tanto, la sala de guardia se había poblado de cinco o síes personas más. Luego de realizar los estudios de mi madre, debíamos esperar 2 horas para obtener los resultados del mismo, algo coherente ya que hay procesos químicos que esperar, aquí la espera por el resultado de un estudio no es la queja.


En esas dos horas de esperas, recorrimos a paso lento las distintas secciones del hospital, intentando de que el tiempo pasara lo más rápido posible, en esas idas y vueltas, en varias ocasionas vimos al hombre que había llegado después de nosotros a la guardia, si, el vagabundo, al parecer iba de consultorio en consultorio buscando un médico que lo atendiera, ya que, al parecer, por estar sucio, todos le cerraban la puerta de un consultorio público en la cara. 


Cerca de las nueve y media de la mañana, finalmente están los dichosos resultados, ahora tocaba ir hacía la guardia del hospital y buscar otro médico que viera los resultados del análisis y nos indicara que debíamos realizar. 

Para mi sorpresa, cuando estábamos esperando nuevamente en la guardia, vuelve este pobre hombre, casi descompuesto, hablando conmigo y con los demás que aguardábamos, que con su voz suave y triste nos decía que no lo querían atender, que se sentía muy mal y ya no aguantaba más. Casi llorando volvió a golpear en el consultorio con el número 1 en la guardia, una médica lo recibió y le dijo que no lo podría atender, que debía ir hacia otra ala del hospital. 

Eran las dos de la tarde cuando nos fuimos, el hombre aún seguía dando vueltas, cada vez más triste, cada vez más deteriorado. ¿Qué hace que un médico se crea dueño del hospital? Si no pueden atender a alguien de la calle, que son los más frágiles de la sociedad, nunca se tendrían que haber dedicado a la medicina. Son mucha pose, mucha apariencia, mucha foto para Instagram, profesionales de poca monta y dudosa calidad. Sí los viera Favaloro, seguramente les obligaría volver a hacer la carrera.



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