Reseña: Aguafuertes porteñas, de Roberto Arlt.

Se dice sobre Roberto Arlt que escribía mal, algunos profesores que a la vez son “eruditos” exponen, sin poca profundidad, que (vuelvo a repetir) Roberto Arlt escribía mal, y esta mala “forma” la atribuyen a su origen humilde y en general, a su vida también humilde. Estos expertos dicen más o menos así: “Arlt escribía mal debido a sus orígenes humildes (origen pobre), y esto influyó en él ya que, como no había dinero para leer lo mejor, lo recomendado, se leía lo que aparecía, lo que llegaba a la casa, los libros que se encontraban, esa variedad, muchas veces de mala lectura, influyó en la forma de Arlt, de su mal escribir”.

Roberto Arlt, autor de Aguafuertes Porteñas

Por supuesto, Arlt no es Borges, ¡Y gracias a dios que no lo es! El poder de Arlt, para mí, reside en que su escritura, sus historias (todas tomadas de su día a día y también de su imaginación obviamente) son muchos más interesantes, en cuestiones de textura y “salsas” humanas que la academia que habitaba dentro de Borges. Sin dejar de decir que Borges, puede tomarse como “elite”, si es que eso vale para algo, pero tengo que citarlo debido a que estos profesores y eruditos que dicen que Arlt escribía mal, hacen esa comparación: Borges vs Arlt. Y desde ya, doy por seguro, que estos eruditos y profesores se graduaron “chupando” del bolsillo de sus padres, desde esa postura, expresar ideas tan tajantes, siempre es fácil.

El título del post promete una reseña, los dos párrafos anteriores son mi temperamento controlándome, así que vamos con el libro.

¿Cómo llegó a mis manos? Ya he comentado, en otras publicaciones, el desorden inacabable de libros que tiene la biblioteca a la que estoy asociado, en ese error, mientras caminaba con la cabeza inclinada de lado para ir leyendo el lomo de los libros, vi, en la altura, el apellido de Arlt. Y fui hasta él. ¿Aguafuertes? ¿Qué es esto? Nunca había escuchado de ellos, así que me decidí llevármelo a mi casa y ver que tal.

Aguafuertes porteñas

Arlt comienza en el año 1928 a publicar sus notas de forma periódica en el diario El Mundo. Esta tarea la realiza hasta su muerte en el año 1942.

Así que las Aguafuertes porteñas son notas, del día a día de la Argentina de aquella época y de reflexiones y vivencias que Arlt vuelca en el diario. La introducción al libro, deja claro esto y explica además que solo el talento de Arlt logra extraer, de notas periódicas en el diario El Mundo, una especie de antología.

Creo, que leer las Aguafuertes porteñas es una forma de acercarse mucho a Roberto Arlt y a la Argentina de aquellos tiempos, este último punto es especial, porque todo el tiempo da la sensación extraña de que pareciera que se hablara de otra cosa, y no de este país que actualmente transcurre. EXCEPTO LOS VICIOS.

Excepto los vicios

Hay algunas Aguafuertes que bien podrían representar a la Argentina de hoy en día, la radiografía antigua de aquel entonces que Arlt escribe, serviría perfectamente para describir el país en la actualidad. Es sabido que Argentina sufre los mismos problemas desde hace más de un siglo, y leer, de la mano de Arlt, los problemas que por entonces tenían los ciudadanos y compararlos con los problemas de hoy en día, es una prueba irrefutable de que Argentina nunca avanzó hacía ningún lado.

También, se deja ver toda la corrupción política de entonces (los años 20, los años 30). Hace un siglo y nada cambió.

Es inevitable no comparar y reflexionar

Uno toma el libro como una pieza de literatura, y toda buena pieza literaria, invita, inevitable e implícita, a la reflexión. También, en algunos casos a la comparación. Eso pasa con Aguafuertes porteñas, y es que es imposible no hacerlo, el tipo habla del mismo país, y menciona, problema a problema, injusticia a injusticia, mucho de lo que aún continúa sucediendo. Pareciera que cien años, fueron en vano en cuanto a posibilidades.

Y al leer a Arlt, surge la pregunta ¿Dónde está esa potencia de aquellos años, que todos se jactan de citar en intentos de reflexiones pseudo-intelectuales / políticas? Pues es más que claro, basándonos en las Aguafuertes, que esa argentina prospera, nunca existió. Que la pobreza, el peso a peso, el hambre, todo el contexto sórdido del país, siempre estuvo presente desde hace 100 años a la fecha, y ¿la potencia argentina? Todo puro cuento, puro “chamuyo”.

Las aguafuertes más interesantes

  • Filosofía del hombre que necesita ladrillos.
  • La muchacha del atado.
  • Silla en la vereda.
  • El turco que juega y sueña.
  • La terrible sinceridad.
  • Padres negreros.
  • La madre en la vida y en la novela.
  • El tímido llamado.
  • Sobre la simpatía humana.
  • ¿Quiere usted ser diputado?
  • Para qué sirve el progreso.
  • Argentinos en Europa.

Aclaro que estas aguafuertes, vienen a ser las que me parecieron más interesantes, recomiendo, que, si llegas a leer el libro, no te concentres en estas o le pongas demasiadas expectativas, son reflexiones “informales” de un Arlt que vio demasiado como para callar y simular que todo va bien.

Pero a pesar de esta “informalidad” a la hora de plasmar una reflexión en escrito, tienen mucha verdad y mucha “calle”. El libro fue una sorpresa, un descubrimiento de la argentina de aquellos años, y que, lamentablemente, tenía todos los vicios que ahora conocemos y sufrimos.  

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