Bien podrías pensar porque este artículo no se titula “¿Por
qué gano Alberto Fernández?”, y es válido, pero creo que la respuesta, teniendo
en cuenta el gran caudal de votos que recuperó Mauricio Macri en la
polarización a la que estamos acostumbrados, indica que sus errores fueron los
causantes de su propia derrota.
Tenemos ya en Argentina un presidente electo, y a poco menos
de una semana de los resultados electorales, la transición de “poderes” parece
por lo pronto ordenada, aunque esto sea tan frágil como un cabello y pueda
inclinarse rápidamente hacia distintos tipos de problemas y acusaciones mutuas.
Mas haya de mi propia postura frente a las políticas
implementadas por el presidente saliente, tengo bien en claro que Macri, sus
ministros y toda su política está orientada hacia un sector derechista de la
sociedad, y, sobre todo, a un sector social que podemos considerar como
medio-alto, alto, o extremadamente alto, más allá de que la clase media y la clase
media baja sea quien lo haya llevado al poder, además de otros factores como el
odio, la manipulación mediática y el resentimiento social clasista.
El “contexto argentino” y los errores del macrismo.
Todos saben que vivimos en un país difícil, en un país donde
al parecer nada nos llena o nada nos convence y en el cual tenemos la costumbre
de, literalmente, hacer mierda todo lo que nos rodea, de alguna forma, en mayor
o menor medida, rompemos todo. Nos importa muchísimo la economía, pero no
calculamos los gastos con tal de pasarla bien en el presente, despilfarramos
incluso mientras sufrimos, y gastamos siempre más de lo que tenemos o podemos. No
tenemos una memoria fortalecida como sociedad y el común acuerdo de ideas nos
es difícil de concretar si somos nosotros los que tenemos que “ceder” o
“reconocer” que el otro tiene razón, como si todo fuera un partido de futbol, somos
grandes competidores para ver quien logra alzarse con “la nada misma”.
Actualmente hay una pobreza y un hambre como en los peores
momentos de nuestra historia, y sin embargo aún todo sigue funcionando cuando
en cualquier otro país del mundo, tal situación hubiera generado un estallido social
gigante que conllevaría violencia y muerte, y, sin embargo, aun funcionamos,
mal, pero funcionamos, y ya no sé si es una virtud o un defecto. Hace un
tiempo, charlaba con un amigo sobre el hambre y la pobreza, haciendo o mejor
dicho intentando ver, como era posible resolver los problemas de fondo, es
decir, atacar las raíces de todos nuestros problemas como país, mientras
millones sufren en la pobreza, y mi conclusión es: que es imposible, ningún
cerebro con hambre puede siquiera intentar entender o comprender los problemas
estructurales del país y “aguantar hasta que se solucionen”, quien piensa que
eso es posible, es porque simplemente nunca tuvo hambre, pero hambre de verdad,
hambre de semanas y semanas casi sin comer. Y ese fue el principal error de Macri
y todo su “mejor equipo de los últimos cincuenta años”.
¿Y por qué este fue el principal error? Intentemos salirnos
por un momento de nuestro propio ideal político, ya sea de izquierda, centro o
derecha, ya que si no lo hacemos es imposible un análisis o una visión
autentica sobre la cuestión.
Ninguna persona puede solucionar los grandes problemas de su
vida mientras tiene un arma en la cabeza o una soga en el cuello, y ningún país
puede crecer cuando más del setenta por ciento de su ciudadanía no podría ser
autosuficiente en un modelo capitalista extremo y real y no de saqueo como
siempre sufrió nuestro país, esto es, que, si sacas las políticas auxiliares
del mercado laboral, económico y social, los ciudadanos se caen o pierden su
autosuficiencia, incluso la clase media cae en mayor o menor medida si se hacen
varias quitas de políticas inclusivas, ya que si pones a convivir políticas
económicas internacionales en un país como el nuestro, más tarde o más
temprano, todos tenderemos a ir hacia la pobreza, porque lo primero que tenes
que tener, es vos mismo como país una estructura autosuficiente, tanto
productiva como social, y esto solo se logra en varias generaciones de
esfuerzo, pero ese esfuerzo, ese camino de progreso de las generaciones tiene
que ir acompañado e ir ayudado por políticas, si el estado no ayuda a que sus
ciudadanos generación a generación sean más ricos, ese “ideal” de bienestar que
todos prometen es puro verso.
¿Y en qué situación estábamos? Cuando Cristina dejo su
presidencia, estábamos muy lejos de la pobreza cero, pero sí que estábamos muy
cerca de lograr una meta histórica, el hambre cero, y si Macri hubiera querido,
ese triunfo hubiera sido suyo y en la situación económica del país, casi sin
deuda, le hubiera costado muy poco lograr semejante meta, pero no, quito toda
política social, siguiendo la euforia de sus votantes (gente que probablemente
nunca paso hambre de verdad) y ganándose el odio de un porcentaje de la
población, luego aplicó políticas que hizo más pobres a los pobres y por si
fuera poco, trajo nuevos pobres a la estadística eterna de nuestro país, y se
ganó entonces aún más odio, y con toda razón.
Después, a su votante trabajador, lo dejo sin trabajo y de
paso le destruyo el sector productivo para que no pueda reincorporarse y para
aquellos que podían producir, ya no produzcan, después decidió arriesgar, jugar
a la ruleta rusa y tomar una gigantesca deuda difícil de pagar, y perdió, perdió
por incapacidad suya y de todos sus secuaces, perdió tanto que la inflación se
duplico en comparación con el Kirchnerismo.
Hizo todo mal, y jamás reconoció que hizo las cosas mal,
sino que fue más allá y sonriente nos dijo que estaba todo bien y que íbamos
por buen camino, despertando todo el odio con su aire despreocupado y casi
soberbio.
Macri jamás se dio cuenta que este país vota con la pasión
solo si tiene el estómago lleno, pero si no llegará a tener el estómago lleno,
por más luces, por más obras, por más caminos y plazas que hagas, te vas a ir,
porque lo que un rico tiene que entender (y su gobierno estaba compuesto por millonarios),
y lo que la clase media y media alta que nunca paso hambre tiene que entender,
es que si no hay comida, no hay progreso, que los problemas de fondos pueden
resolverse solo si la gente tiene para comer, y quisieron hacer todo lo
contrario y encima les salió para el culo.
El problema de Macri, es que nació rico, siempre fue rico y
siempre tuvo lo que quiso, nunca tuvo un problema serio en su vida, todo lo
soluciono con plata. Pero no es el único, Argentina siempre tuvo presidentes de
la clase alta o ricos, es decir, ninguno de nuestros presidentes supo nunca lo
que es matarse trabajando, ni sintió jamás el hambre comérselo vivo por dentro.
Macri perdió por ser Macri, y dejar de lado las políticas
que urgían en nuestro proceso de crecimiento como país, quiso el escalón diez
cuando recién estábamos alcanzando el primero, y como era de esperarse, todo se
le vino abajo.
Nuestra lista interminable de presidentes que fracasaron,
tienen que entender, que progresar no es equivalente a sufrir, y que el hambre
no es un ítem dentro de esa lista de sufrimientos, el hambre es morirse.
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