“Es la hora del crepúsculo, cuando uno va con la mierda al cuello, osea triste y vacío y sin ambiciones y sin saber qué hará de su vida. El único remedio posible sería tenerlos cerca a esos dos. Hablo de Silvaninha y Bebeto, que siempre aportaron su magia, pues los salvaba la música”.
Había pedido el listado de libros que, que la casa en donde generalmente los compro, brinda en forma de catálogo. Allí había algunos títulos clásicos, muy pocos, y yo amo la mayoría de los clásicos, excepto los que el listado ofrecía. Así que elegí Setembrada, sin haber leído nunca a Eduardo Belgrano Rawson, pero lo hice porque es siempre interesante leer autores hasta el momento desconocidos para mí.
LA NOVELA
Si uno lee la contra tapa, la misma dirá que es una novela de guerra, y lo es, pero en una parte muy ínfima, aunque con desenlaces tan rápidos y con la capacidad de dejarte vacío, si se quiere, como un proyectil. Ese es un punto bueno a mi parecer.
El protagonista principal es apodado “Chino”, o “el Chino”, como cada cual prefiera, y este personaje tiene un nombre y apellido, pero en toda la novela será conocido como “Chino”.
El Chino es acompañado por Bebeto y la hermana de Bebeto, Silvaninha. Esta ultima es, a la vez, la novia del Chino.
La historia se desarrolla en la triple frontera, y aporta un contexto sobre la misma. Aunque desde un punto de vista muy diferente.
Este punto de vista diferente es gracias al objeto que le da título a la novela: SETEMBRADA.
¿Qué es Setembrada?
Setembrada es un globo aerostático desde el cual, el Chino y Bebeto vigilan los posibles ataques de los topos.
Esta tarea los lleva a distintas aventuras, como tener que buscar un colegio de niños perdidos entre la selva.
La historia tiene aventuras, crudeza, violencia, todo esto mezclado con reflexiones del Chino y el contexto duro de una guerra.
Por momentos, la narrativa, se desconecta y hace parecer que uno se perdió entre las páginas del libros. Sin embargo, a pesar de esto ultimo, no es mala la novela, y es recomendable en gran parte.
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